Una defensa compartida del patrimonio histórico, natural y cultural entre administraciones municipales y asociaciones de interés público puede ser la fórmula para la recuperación de un enclave natural e histórico en las márgenes del río Guadiana que guarda la historia de la ciudad y de los pueblos limítrofes.
Un sitio Histórico. El sitio de Alarcos forma parte del patrimonio intangible de Ciudad Real, pero también es la historia de los habitantes de los términos municipales colindantes que en su día se escindieron de la capital. Las divisiones administrativas y los límites geográficos establecidos en el transcurso de los años no cambian la historia de un lugar donde llegaron los primeros pobladores íberos conocidos al lado del río Guadiana en el S.VI aC y donde los hechos acaecidos en su lugar, durante la edad media, determinan después en el S.XII, a unos kilómetros del histórico lugar, el origen y nacimiento de lo que es la actual Ciudad Real.
Reducido lugar público para tanta historia. Nunca ha sido fácil, ni pacífica, la propiedad municipal del sitio histórico de Alarcos. La segregación del término municipal de Ciudad Real, el catastro, la falta de inscripciones, el uso privado de los pastos altos del río, la explotación agrícola de las laderas del propio cerro, los caminos y servidumbres de acceso a los poblados desde el río – actuales yacimientos arqueológicos – y después a la ermita, las riberas con sus crecidas e inundaciones, el establecimiento de industrias en las márgenes del Guadiana para el aprovechamiento de la fuerza hidráulica, la falta de interés por parte del Ayuntamiento durante siglos por la defensa del lugar y sitio histórico, cediendo ante la presión de los ilustres propietarios de las fincas colindantes, y los trazados de las infraestructuras establecidos, han reducido el lugar histórico, a una triste y escasa propiedad pública en la parte superior del cerro donde se encuentran las actuales excavaciones y yacimientos, que se comparten, no sin polémica, entre los términos de Ciudad Real y Poblete.
En el año 1987 el Ayuntamiento de Ciudad Real adquirió el cerro actual, unas 30 hectáreas, en manos de la propiedad privada para incorporarlo a los escasos metros cuadrados que tenía el recinto de la ermita, única propiedad municipal. Igualmente, el Ayuntamiento también adquirió mediante cesión de otros propietarios los actuales aparcamientos en el camino de subida desde las barracas -familia Ayala- y el lugar donde se viene celebrando la romería enfrente del centro de interpretación y escuela taller del yacimiento íbero, por los propietarios de la finca Villadiego.
Ayuntamiento de Ciudad Real y Comunidad Autónoma han invertido en las últimas tres décadas fondos públicos en la recuperación de suelos, la rehabilitación de la ermita y las murallas del recinto. Se han demolido viejas edificaciones adosadas a la ermita, mejorado los accesos y creado programas de excavación por la comunidad autónoma para la recuperación de un patrimonio enterrado por el transcurso del tiempo, de tal forma que, Castilla-La Mancha tiene catalogado Alarcos como uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la comunidad. Pero, no es suficiente.
El río. Desde el Vicario a Albalá. El río, que desgraciadamente ha dejado de existir por la falta de aportación de caudal de los afluentes Bañuelos y Becea y que hoy se nutre de las aguas procedentes del emisario de la ciudad hasta llegar al Jabalón, que le hace alguna aportación periódica, necesita de una actuación y recuperación desde el Vicario hasta Albalá a su paso por los distintos términos. Todos los municipios ribereños son parte interesada.
El río juega un papel esencial en el enclave de Alarcos y su papel histórico. Desde el Vicario hasta Albalá, en apenas ocho kilómetros, los recodos del río entran y salen de los términos municipales de Miguelturra, Ciudad Real, Picón, Poblete, Alcolea y Corral de Calatrava. Son pueblos ribereños que en su día tuvieron un aprovechamiento. Cada término municipal cuenta con un trocito de río. Quizás, hoy, no haya actividad en sus riberas, pero antaño era fuente de vida y prosperidad desde un molino de prensa hasta una central eléctrica, teniendo un patrimonio histórico e industrial abandonado y derruido por la dejadez y transcurso del tiempo.
La recuperación del río en el entorno de Alarcos se puede realizar mediante una ‘represa’ a la altura de Albalá que sirviese para inundar la zona hasta la alameda, donde tradicionalmente se celebraba la romería, y donde están ubicados los molinos, ofreciendo una vista desde el cerro de Alarcos digna del lugar histórico que ocupa.
El cerro de Alarcos y el río, un conjunto inseparable. Ciudad medieval, castillo, excavaciones ibéricas, ermita o santuario de Alarcos, las zonas de la alameda, el puente viejo, y los molinos de agua, forman un paraje digno de visitar y donde recrear el pasado lleno de historia que ofrece el río en sus márgenes. Un paraje, alrededor del río, que ha tenido una notable importancia histórica y económica, que ha servido a lo largo de miles de años para establecerse nuevos pobladores, batallar, reconquistar, aunque hubiese que tomar las de Villadiego, culto religioso y actividad económica.
El cerro de Alarcos, con los importantes yacimientos arqueológicos y el río, con su patrimonio industrial, perfectamente descrito y catalogado por la asociación para la recuperación de patrimonio español Hispania Nostra, forman un conjunto histórico, cultural y natural de interés para todos los pueblos ribereños. Cuna de la historia de esta ciudad y de sus pueblos colindantes, que se asoma al resto de España desde un tren de alta velocidad, y que necesita marcar y definir claramente su lugar en la historia para mostrarlo.
Una asociación para su defensa. Las corporaciones se mueven y cambian de signo político, establecen prioridades distintas en su programa electoral cada cuatro años, y los intereses de un pueblo pueden variar a los del otro simplemente en función del color político. El cerro de Alarcos y el río Guadiana son patrimonio común de todos los habitantes de la zona, y de todos los municipios.
Una asociación, patronato, fundación, etc., da lo mismo la denominación, entre Ciudad Real, Poblete, Picón, Miguelturra, Corral y Alcolea, junto con los anejos de Valverde, Las Casas y las asociaciones culturales y religiosas sin ánimo de lucro dedicadas a la defensa de las tradiciones, la historia y el patrimonio de Alarcos, que perdure en el tiempo y que su único objetivo sea la recuperación del lugar histórico y del espacio natural, puede ser la fórmula para potenciar y recuperar el corazón de la historia común y convertirlo en un recurso turístico que contribuya al desarrollo económico de la zona.