Tres pedanías, La Poblachuela, Valverde y Las Casas están bajo la dirección del Ayuntamiento de Ciudad Real. Las tres, estrenan alcalde pedáneo y es para felicitarse. La primera, La Poblachuela, es realmente, hoy día, una extensión de diseminados del propio término municipal de la ciudad. Aunque los hortelanos siempre tuvieron a gala la diferenciación y sentimiento de pertenencia a la pedanía hoy ya no existen. La pertenencia a la Pedanía está más relacionada con las reivindicaciones de asociación vecinal de una zona residencial de chalet y segundas viviendas frente al Ayuntamiento que como sentimiento de identidad de pedanía o pueblo.
Valverde, por el contrario, tiene verdaderas connotaciones que van más allá del anejo, aflorando siempre, entre sus habitantes, un sentimiento más de pueblo con su propia historia. Más de identidad diferenciada con la capital y que bien lo podría haber sido en el pasado. En 1843, cuando se independiza Poblete de Ciudad Real Valverde tenía 600 habitantes y Poblete 543 habitantes.
Las Casas, al igual que Valverde, tiene también un sentimiento histórico de identidad propia, sus orígenes se remontan a siglos, aunque estimo, y es una opinión personal, que los habitantes de las casas si han estado más identificados con la capital, quizás por la cercanía.
De los dos anejos de la ciudad, Las Casas y Valverde, exceptuando La Poblachuela que no tiene una configuración geográfica – urbana – tan extensa y definida como las otras pedanías, Las Casas ha doblado su población en los últimos veinte años y Valverde ha retrocedido ligeramente. Por el contrario, Poblete, a la misma distancia que Valverde de la capital, ha multiplicado por cuatro su población en los últimos veinte años.
Pues bien, dicho esto, lo que no cabe duda es que las tres pedanías tienen su propia particularidad, y, su participación, en la gestión dentro del Ayuntamiento de la capital no ha sido suficiente en los últimos veinte años. Pero, es más, tampoco se ha fomentado desde el Ayuntamiento la participación vecinal para tener dentro del Consistorio la representación que les corresponde como núcleo de población diferenciada.
Podría pensarse, que, el hecho de estar dentro de la capital y votar las mismas listas electorales ya les otorga la representación adecuada como a cualquier otro ciudadano, pero no es así. Piensen, hace 20 años, cuando se quería crear un núcleo de población con más de 10.000 habitantes, en el lado opuesto del término municipal, en la finca Valcansado, o cuando municipios de la periferia urbana de la capital multiplicaban su población y creaban polígonos industriales a la misma distancia, y a rebufo de ella, que los propios anejos de Valverde y las Casas. Que hubiesen dicho los habitantes de estos anejos.
Quizás, los habitantes de Las Casas y Valverde, si hubiesen podido opinar lo hubiesen hecho de forma distinta de haber tenido la oportunidad de estar en la toma de decisiones.
Igualmente, por ejemplo, el Ayuntamiento de la capital hubiese actuado de forma distinta en la defensa del interés de sus habitantes de Valverde en el caso de la Ley de Despoblación de Castilla La Mancha que les perjudica fiscalmente en comparación con otras poblaciones similares de tamaño.
La llegada de los nuevos alcaldes pedáneos y su elección democrática, con el consiguiente reconocimiento oficial de sus alcaldes pedáneos y la entrega de atributos protocolarios, medalla y diploma, no les convierte en representantes de sus municipios excepto para ser los ojos del Alcalde y Concejales, del equipo de gobierno, a modo de correa de trasmisión en sentido puramente descendente. En la participación vecinal diseñada por el Ayuntamiento, en su reglamento interno, no se les otorga un modelo de participación vecinal acorde a un núcleo de población que cuenta con identidad histórica y sentimiento de identidad. Los decretos de alcaldía convocando, exclusivamente, los procesos electorales en los anejos resultan insuficientes.
Dado que no son consideradas las pedanías de Ciudad Real capital como entidades locales menores de acuerdo con la ley de Castilla La Mancha, quizás, no es suficiente la presencia de un solo Alcalde Pedáneo. Quizás, sea preciso ir pensando, por parte del Ayuntamiento, en la presencia de una junta vecinal que acompañe al Alcalde Pedáneo. Una junta que pueda tener atribuciones en la toma de decisiones y participación real en los presupuestos y en las comisiones informativas del Ayuntamiento para todo aquello que afecte a su Pedanía o Anejo.
Eso, sin duda, estimularía la participación. Incluso, porque no, pensar en la remuneración al Alcalde Pedáneo acorde a su dedicación y por la asistencia a comisiones de trabajo. Como tampoco sería nada descabellado establecer en el Reglamento de Organización del Ayuntamiento, y en el de Participación Ciudadana, un Titulo o un Capitulo, especifico, de los Alcaldes Pedáneos y de los Anejos de la ciudad.
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