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Contagiados telefónicamente en él INNS.

El sindicato de funcionarios CSIF se lamentaba, días pasados, de la inacción de la dirección provincial de la Seguridad Social tras un positivo por coronavirus y un ciudadano anónimo, de forma socarrona, decía que debía de haberse producido el contagio por teléfono dado que la Seguridad Social lleva cerrada al público presencialmente desde hace más de seis meses. Todos estamos aprendiendo a convivir con la cita previa en condiciones especiales para realizar las gestiones, tanto en empresas privadas como públicas, pero, en el caso de la Seguridad social no hay necesidad de aprender nada. En la Seguridad social simplemente no te atienden. Pasan de ti como ciudadano, como contribuyente y como persona. Da lo mismo cual sea la necesidad o la premura para hacer la gestión, te dirigen de un sitio a otro para obtener la cita previa pero no te la dan. Primero te envían a un teléfono de atención, el teléfono te redirige a la página web, la página web a una APP, etc., …. así una y otra vez, pero siempre con el resultado final de entrar en bucle sin posibilidad de obtenerla. Un sistema informático y de atención telefónico hecho para desistir. Puedes estar semanas y semanas intentándolo y nada.Eso sí, si estas cansado de probar suerte para obtener la cita previa por internet, da lo mismo para cuando, y te diriges presencialmente a la oficina más próxima a tu domicilio para que te indiquen cuanto menos una posible fecha en el tiempo, siempre con la frustración de no haber sabido hacerlo por ninguno de los medios que te indican y sentirte un profundo ignorante, en la puerta de la oficina, detrás de una verja cerrada con candado y con llave, un vigilante jurado te indica que allí no puedes solicitar ni hacer ninguna gestión sin la cita previa, ni tan siquiera una ayuda o guía, o una reclamación, el vigilante cargado con toda la autoridad de la que ha sido investido por el director de la oficina te vuelve a facilitar el mismo número teléfono del bucle y vuelta a empezar. No le falta la razón al sindicato de funcionarios cuando se queja de la inacción del director provincial de la Seguridad Social. En absoluto. No obstante, de la misma forma que critican la falta de actuación frente al contagio de un trabajador deberían de preocuparse y quejarse también por la falta de atención al público en sus propias oficinas y pedir la mejora de los sistemas para garantizar una atención adecuada al ciudadano en términos de igualdad. Esta pandemia está discriminando el acceso a la administración en función a las posibilidades económicas. Ni sindicatos, ni directivos de los centros, ni políticos responsables, están haciendo nada para corregirlo. Es de vergüenza mantener seis meses cerradas, a cal y canto, las oficinas del INSS por mantener a los funcionarios protegidos de contagio cuando esos mismos funcionarios hacen la compra en supermercados, llevaran en próximos días a sus hijos al colegio y alternan diariamente en bares y terrazas. Las oficinas de la Seguridad social de la provincia son un desastre organizativo y funcional y la responsabilidad es de su dirección. Y aun mas desastre es el sistema informático donde descansa la atención y primer contacto con el administrado. El ciudadano puede elegir la forma de comunicarse con la administración (ley 39/2015). No puede establecerse obligatoriamente la comunicación vía electrónica o poner tantas trabas e impedimentos para relacionarse con ella y que el ciudadano tenga que recurrir al pago de servicios profesionales. Una administración que no esta conectada a la realidad social y va por delante de las propias posibilidades tecnológicas de los administrados es una administración no democrática. Una administración que en sus procesos informáticos de comunicación mira solo la articulación de su organización interior y no garantiza el ejercicio de los derechos del ciudadano es ineficaz. Sus directivos merecen la reprobación ciudadana y política.

Una mirada critica de Ciudad Real. Apasionado y vehemente por mejorar esta ciudad. Puedes contactar conmigo y te respondere

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