Antiguamente era costumbre por parte de los servicios de limpieza repartir una tarjeta de felicitación de navidad entre los vecinos de la calle donde limpiaban con el ánimo de solicitar un aguinaldo. También utilizaban similar felicitación navideña, además de los barrenderos, otras ilustres profesiones de la época como carteros, basureros, serenos y aquellos policías que silbato en mano y casco blanco en la cabeza, tipo salacot, organizaban el tráfico. ¡Qué tiempos aquellos! Afortunadamente los oficios han evolucionado y además quienes realizan el trabajo municipal tienen una digna remuneración. Eso sí, ya no son funcionarios municipales porque la mayoría de los servicios están privatizados en su forma de gestión.
De aquellos viejos oficios muchos han desaparecido y se han ido sustituyendo a las personas por cámaras de televisión, semáforos, máquinas barredoras, drones, contenedores de residuos, etc., siempre con el ánimo de hacer mas fácil la profesión, que resulte mas eficaz el trabajo y en muchos casos para contribuir a mejorar el medio ambiente como sucede en los servicios de limpieza, recogida de residuos urbanos, puntos limpios, etc.
Al hilo del medio ambiente. Días pasados el Ayuntamiento de Ciudad Real anunciaba para finales de 2020 un nuevo contenedor de color marrón para la recogida de residuos orgánicos. Un contenedor donde depositar, previa separación en la casa, los restos de comida, papel de cocina, vegetales, frutas y hortalizas. Un nuevo contenedor en la vía pública que sumado a los existentes se convierte en el número seis: Papel, vidrio, cristal, ropa, el nuevo contenedor de orgánicos marrón y el actual que sirve para recoger el resto de residuos. Un nuevo esfuerzo para el ciudadano que requerirá de nuevas inversiones por parte del Ayuntamiento para seguir en la senda de cuidados del medio ambiente y que también incrementara el coste de la tasa de recogida. Plausible la idea de separar los orgánicos del resto de residuos que se producen en un hogar pero valoren los términos eficacia y eficiencia a la hora de implantarlo. Cuando no se tiene el control del ciclo completo del reciclaje es fácil que algunas partes de la cadena salgan perjudicadas económicamente en la implantación. El ciudadano es el eslabón final y mas débil que siempre acaba pagando con mayores impuestos. Habrá que estar muy atentos a esta nueva medida para que no se convierta en un “Brown” más.
Iniciativas como la de un nuevo contenedor marrón tienen que ir acompañadas también de otras acciones en la ciudad que contribuyan a mejorar la imagen de nuestras calles. Han de ser eficaces y eficientes. No es posible mantener seis contenedores en la vía pública si no se habilitan los espacios adecuados para su ubicación. En el centro de la ciudad están soterrados, pero en la mayoría de las calles y barrios están depositados sobre la calzada y son una fuente de problemas de limpieza porque cuando se llenan su entorno se convierte en un vertedero improvisado. Igualmente si hablamos del punto limpio tampoco contribuye a mantener la ciudad en un estado digno de limpieza el que esté cerrado en horario de mañana de lunes a viernes y no haya donde depositar los grandes residuos. Eso supone que automáticamente surjan los vertederos de la periferia. Si un ciudadano se presenta en el punto limpio durante la mañana, aunque sea víspera de festivo, asimilable a sábado, o periodo vacacional, a llevar cualquier objeto para depositarlo en los contenedores existentes, no se permite dejarlo porque no es la hora
Al gestor municipal se le pide eficacia y eficiencia. El primer término es para conseguir el resultado previsto y el segundo, eficiencia, es para conseguir el resultado con el menor coste posible para el ciudadano. Ambos términos están ligados y resultan inseparables. Claro que algunas veces las normas internas de organización de los servicios municipales confunden al funcionario con lo cual la regla de eficiencia se queda en un simple sustantivo vacío de contenido
Los tiempos del aguinaldo pasaron, la forma de prestar el servicio cambió y la gestión de los servicios municipales debe evolucionar para facilitar la vida al ciudadano al menor coste en impuestos. Los políticos tienen que saber medir la eficiencia. Esa es su función en la organización de la vida municipal.
Feliz año 2020 a todos.