Sera difícil establecer puentes, después tanto Tweet y tanto compartir en Facebook, para poder sentarse a la mesa nuevamente sin rencores y sin rencillas. Durante los últimos meses ediles del PP y jefes de gabinete de ciudadanos, en coalición municipal con él PSOE, han coincidido en el mismo espacio ideológico fomentando comentarios que resultaron ser bulos y fake news que ahora pueden resultar incomodos para el resto de la legislatura. Durante el confinamiento algunos han olvidado su posición y a sus socios. El tiempo libre, por ausencia de actividad, que podían haber dedicado a trabajar desde sus casas por Ciudad Real, con análisis reposados y propuestas de futuro, les ha unido de forma natural para la crítica y han contribuido a incrementar la crispación incluso con comentarios calumniosos. En ambos casos, responsables municipales, de Ciudadanos y del Partido Popular, coincidían en la virulencia de los ataques.
No habrá que esperar mucho para encontrar los primeros roces entre quienes se tienen que sentar a la misma mesa para resolver, desde la responsabilidad de gobierno, los mismos problemas. La distancia ideológica es abismal para poder encontrar el punto común. La actual alcaldesa tendrá que hacer de tripas corazón y la alcaldesa en expectativa tendrá que limar muchas asperezas para mantener durante los próximos tres años el equilibrio con el PSOE, por lo menos con algunos de sus miembros. Salvo que el tiempo nos pueda deparar sorpresas.
En el caso de la oposición del partido popular y en especial la postura de alguno de sus militantes y concejales actuales, compartiendo en redes sociales sus dotes de youtuber, grabándose videos y haciéndose preguntas y comentarios, como si no perteneciesen a un grupo municipal, que tiene un líder y candidato a la alcaldía, habrá podido contribuir a la estrategia de partido, pero ha dejado en muy mal lugar a su jefe de filas municipal. Es más, no diría que lo han dejado muy mal, diría que lo han intentado eclipsar con su personalismo y afán de protagonismo. Imagino que el Sr. Cañizares, hombre prudente y sobre todo educado, tendrá su propia opinión y habrá tomado nota de tales dotes de comunicación y comportamientos innecesarios para la convivencia municipal. En más de un pleno municipal, muchas de las intervenciones a destiempo y fuera de lugar, durante el confinamiento y estas primeras fases de desescalada, servirán de reproche y restarán credibilidad a la oposición en próximos meses. Es lo que tiene ir por libre pensando en que todo vale para atacar al adversario político. En el caso de ciudadanos cuesta trabajo creer que quien organiza la agenda y colabora tan estrechamente con la futura alcaldesa no haya sabido ponderar los riesgos que tiene realizar una crítica personal con la responsabilidad de su cargo de confianza de un miembro del gobierno municipal. Sin lugar a dudas, a quien le ha elegido, la próxima alcaldesa, la deja en una situación complicada.
De todas formas, ojalá que todo se pueda reconducir y esto se quede solo en la incontinencia verbal de quienes se han visto confinados y les ha generado miedo y estrés. Los tres líderes del Ayuntamiento, Pilar Zamora, Francisco cañizares y Eva María Messia, deberían de hacer un ejercicio de responsabilidad y firmar conjuntamente un pacto por la ciudad para los próximos tres años que permita aprobar y sacar adelante la transformación de la ciudad y de la capital de la provincia. Un acuerdo para el resto de legislatura que aborde la fiscalidad, la asistencia social de la ciudad, la educación y su forma de gestión municipal, el turismo local, el transporte de media distancia, la digitalización, el suelo industrial, el urbanismo, el comercio y la administración municipal. Asuntos todos ellos de vital importancia para nuestro futuro. Es la hora de tender puentes y poder sentarse juntos a la mesa a trabajar por el mismo objetivo. El nexo común es Ciudad Real. Hay que destacar por haber pactado.