Todos estamos con el comercio local y necesita de ayuda para salir de esta crisis sobrevenida, pero el comercio local no son las franquicias de textil, que existen en todo el mundo y que son solo puntos de distribución llamados a desaparecer. Tenemos que pensar en un comercio local capaz de producir bienes y servicios para el consumo de la sociedad donde vivimos. No podemos seguir comprando el pan, que viene congelado de panificadoras industriales, a cientos de kilómetros; si la prenda de vestir que consumimos, de usar y tirar, está hecha en condiciones infrahumanas en el otro lado del planeta; si olvidamos nuestra artesanía; si no pensamos en modelos sostenibles para la agricultura y ganadería local; si no tenemos un nuevo modelo propio de comercio, solo seremos meros distribuidores, sin aportar valor, donde otros marcaran las condiciones económicas que definen el modelo de sociedad en el que tenemos que sobrevivir imponiéndonos una forma de vida y comunidad que está resultando ser ineficaz.
No le preocupa al presidente de la Federación de Empresarios de Ciudad Real que seamos la provincia con mayor índice de mortalidad por el virus de todo el mundo. No, en absoluto, le preocupa que por motivos políticos no pasemos a la primera fase y culpa de ello directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por las cuitas internas que pueda tener pendientes con el presidente de la comunidad autónoma Garcia Page.
En este intento fallido de desescalada para salir de la fase cero ha faltado tiempo para que el líder de los empresarios del comercio de Ciudad Real piense, exclusivamente, en sus intereses particulares, dejando incluso al descubierto su nivel personal de politización de la pandemia. Lo que he leído del presidente de los empresarios no es una opinión de carácter económico, fruto de un pensamiento liberal, que, si así fuese, no la compartiría tampoco, pero sería de respeto. Sus declaraciones, de haber sido ese el caso, no tendrían más valor que el de una línea de pensamiento liberal que antepone la economía a la salud, una línea de pensamiento que precisamente estamos todos llamados a revisar porque esta crisis sanitaria ha dejado al descubierto demasiadas ineficacias y no entiende de economía cuando faltan respiradores o UCI. Ahora, precisamente, ese es el reto que todos tenemos para la nueva normalidad de la sociedad: encontrar un nuevo modelo económico y social para abordar el futuro.
Las declaraciones del presidente de los empresarios no solo son erróneas, son malintencionadas políticamente y están en la línea de lo que esta sucediendo durante toda la crisis en la sociedad. Lo vemos en los grupos de WhatsApp, en las comunidades de vecinos, en los barrios, entre los amigos, en las familias, etc., la crisis ha sido politizada y quienes tienen la responsabilidad de rebajar la tensión lo que hacen es alimentarla con declaraciones irresponsables.
Después de dos meses de confinamiento por el Covid-19 tenía ya ganas de volver a la normalidad hablando de Ciudad Real. Volver a comentar la situación del comercio, la despoblación de la provincia, el paro, el modelo de ciudad, el transporte, la universidad, etc., pero desde una nueva visión de la vida y de las personas, pensando en un nuevo modelo de organización de la sociedad porque para nadie volverá a ser lo mismo. No pensaba, durante estos dos meses, que la vuelta a la nueva normalidad, escribiendo de Ciudad Real, fuese para continuar igual que previo al confinamiento. Lo pensaba precisamente porque una ciudad como la nuestra, de pequeño tamaño, con una gran superficie, envejecida, con una escasa densidad de población, ruralizada, con un a capital de provincia dedicada a servicios administrativos, etc., puede ser una estupenda candidata para transformarse en un nuevo modelo de ciudad que acoja y proteja mejor a las personas. En especial a los mayores.