Es normal que desde que se inicia el estudio y diseño de una infraestructura de transporte pasen entre diez y quince años. Una autopista, una autovía, un puerto, una estación de FF.CC, un aeropuerto, etc., suelen ser infraestructuras llamadas a tener una vida superior a los cien años.
Lo que no resulta habitual, y sucede en esta tierra del Quijote, es que las autovías tarden en diseñarse una generación y otras diseñadas en su día, como es el caso de la A41, desaparezcan de los planes estratégicos. Aquí las infraestructuras de transporte se paralizan en el tiempo o se las lleva el lince ibérico en busca de sus espacios de libertad.
Dos infraestructuras transversales, de carretera y ferrocarril, y una radial, situaban a la provincia de Ciudad Real hace 25 años dentro de las grandes redes europeas para la logística y el transporte. Una autovía que conectaba las dos fachas marítimas, Atlántico y Mediterraneo, por medio de la A43 y un ferrocarril de ancho convencional, para mercancías, paralelo a la misma autovía para los tráficos ferroviarios, ambas pasaban por Ciudad Real y Puertollano. Dos trazados, de Este a Oeste, que situaban a Ciudad Real en el centro de la logística del transporte de mercancías con destino a este País procedentes de Asia y América. A estas dos infraestructuras transversales se sumaba el diseño e inicio de la construcción de la A41, una alternativa Norte/Sur a la concurrida y costosa autovía A4, para el transporte de mercancías, y que recogería el tráfico procedente del estrecho y de los grandes puertos marítimos del Sur. Que también pasaba por el mismo punto, entre Ciudad Real y Puertollano. Es decir, en el mismo eje y dentro de la Provincia coincidían las mercancías llegadas a este País procedente o con destino a América, Asia y África. Y todo ello en un tramo de cuarenta km entre Ciudad Real y Puertollano.
Hace 25 años, además, al diseño de estas tres grandes infraestructuras de Este a Oeste y Norte y Sur, se sumaban: la alta velocidad para viajeros, con paradas en Ciudad Real y Puertollano, ya en funcionamiento en esa época, más una infraestructura privada, el Aeropuerto de Ciudad Real, que aportaba al conjunto de la provincia la dimensión internacional y la intermodalidad de los distintos medios. Por primera vez, por la posición geoestratégica de la provincia en el centro de la península y gracias a unos planes estratégicos de transporte que abandonaban la estructura radial que configuraba el transporte en España, Ciudad Real era agraciada con unos atributos logísticos impecables para abordar el futuro.
Esto no es ciencia y ficción. Con estas perspectivas se podía pensar y hablar de logística y de de transporte. A rebufo de esta planificación nació el aeropuerto de Ciudad Real promovido por la Camara de Comercio y que se situó en el centro del corredor Ciudad Real – Puertollano, punto de paso común de todas las infraestructuras. Pero, ¿Que ha pasado en estos veinticinco años, toda una generación, después de tenerlo todo? Ha pasado que esas infraestructuras estén incompletas y sin terminar de definir su diseño (A43), otras cerradas al trafico (Aeropuerto de Ciudad real), e incluso alguna de ellas han desaparecido de los planes estratégicos (A41), y a otras como al corredor ferroviario Este- Oeste le han surgido alternativas que ya no contemplan su paso por la provincia. ¿Porque no se han aprovechado las oportunidades para tener una alternativa económica de carácter industrial y logístico? Algo que no sean los olivos y las vides
¿La crisis se lo llevo todo por delante en esta provincia? ¿Los cambios políticos de los planes de transporte? ¿La mala suerte? NO, simplemente y disculpen el símil, es que no sabemos jugar en primera división. Quienes tienen que defender los intereses económicos, los representantes de esta provincia, Diputados, Senadores, Presidentes de Diputación, Alcaldes, Consejeros del Gobierno Regional y el propio Presidente Autonómico, han estado despistados mirando para otro lado mientras se desvanecían las inversiones y los proyectos no tenían continuidad. O eso, o no tenían la visión de conjunto. No veían la oportunidad que representaban las infraestructuras transversales y radiales diseñadas que pasaban por esta provincia. Desde luego me inclino por esto último, porque mientras se perdían oportunidades de continuidad de las grandes redes de transporte se seguían construyendo otras de carácter local como la autovía de los viñedos o las del V centenario
La mediocridad política, la falta de visión, la pasividad de una sociedad provinciana, el conformismo, ha hecho que pase toda una generación y todos sigan vendiendo las mismas infraestructuras cuando algunas de ellas ya no serán nunca realidad.