Search

Nunca llueve a gusto de todos. Nuevo regadío del Gasset

Nunca llueve a gusto de todos, pero, cuando no llueve, todos perdemos. Lo mismo sucede cuando se reparte un bien escaso y necesario como es el agua: que nunca todos están de acuerdo con algunas decisiones. Por mucho que prime el abastecimiento humano sobre el agrícola, y dada las escasas lluvias que tiene la provincia, con una pertinaz sequía desde hace años que se hace crónica, el incrementar el regadío del pantano de Gasset no sé si es la mejor de las soluciones para el futuro de una ciudad y de una comarca que tiene, en el agua, como en cualquier otra ciudad del sur de España, una de las grandes limitaciones para definir su modelo. 


El agua es un bien cada día más escaso y llamado a fuertes conflictos, en futuro cercano, dentro de la España actual, jurídicos y políticos, dada la forma de administración de los recursos en todas las cuencas hidrográficas -con los planes de regadío – y su necesidad también, por resultar imprescindible, para la ordenación urbanística del territorio. Esta comunidad autónoma, que curiosamente tiene unas servidumbres derivadas del trasvase Tajo-Segura, lo sabe muy bien. 


El agua a administrar cada día es menor, en términos cuantitativos, por mucho que los nuevos regadíos supongan una mejora cualitativa en determinados cultivos e incluso un ahorro hídrico. El agua almacenada es compartida por agricultores y ciudades, para uso agrícola y el consumo humano, y tan importantes son los planes de regadío como los planes de desarrollo y urbanismo de las poblaciones que se abastecen del mismo pantano. Cualquier incremento de las hectáreas en regadío, si no está sujeto a la aprobación conjunta por los distintos usuarios, agrícolas y urbanos, y viene acompañado de unas normas disciplinarias, será motivo de conflicto.


Concedidos anualmente unos derechos de agua al agricultor, cada uno los utiliza como mejor estima en cada ejercicio. Yo, personalmente, he visto, este verano, regar a 45 grados por aspersión cultivos para ganado en una extensión de varias hectáreas dentro del plan del Vicario, a escasos metros de la zona urbana. Poca eficiencia hídrica, aunque la tenga económica para el agricultor, puede tener un cultivo en julio y agosto a esas temperaturas en Ciudad Real. Quizás, por ello, nunca llueve a gusto de todos y nunca se reparte el agua a gusto de todos. 


Ciudad Real se abastece del pantano de Gasset. Desde este pantano llega la tubería a la depuradora a orillas del Guadiana, en la cola del Vicario, y, desde luego, es sobradamente conocido, que, periódicamente, tiene que trasvasarse agua desde otro pantano, a más de 40 kilómetros de distancia, desde el pantano de la Boca de la Torre, para poder garantizar el abastecimiento humano a Ciudad Real, Miguelturra y otras muchas poblaciones de la periferia urbana de la capital. No se puede olvidar la imagen del 1980, con el pantano de Gasset seco, aunque posteriormente fue recrecido.


Un nuevo plan de regadío para el Gasset, con un incremento de cinco veces las hectáreas, de 200 a 1.100, con 305 comuneros, es una excelente noticia para los afectados directamente por el abastecimiento y reconversión de sus fincas de secano a regadío. Sus propiedades se verán revalorizadas, las hectáreas de terreno adquirirán un nuevo valor económico, la explotación mejorará, podrán solicitar nuevos créditos para maquinaria y construcciones. El nivel de renta de todos estos agricultores se verá mejorado, muy posiblemente, porque tendrán la posibilidad de nuevos cultivos de regadío. 


No obstante, y a pesar de la buena nueva, de ser un nuevo agricultor, entrará en la lucha de los precios con las grandes cadenas de distribución y, pasado unos años, su explotación tendrá la misma precariedad económica que tienen el resto de agricultores de regadío en toda España. Lo único que habrá ganado, si decide abandonar la agricultura, es, que, en su haber, entre sus activos, tendrá un bien raíz que es de regadío en vez de secano, aunque algunas veces, eso es solo una ilusión financiera. La cuenta de resultados será otra cosa distinta, dada la actual situación estructural del modelo agrario.


La mejora en la optimización de los recursos con nuevas conducciones en el Gasset, evitando pérdidas de agua en la distribución actual por acequias y canales, no lleva consigo la reconversión del tipo de agricultura de la zona, además de suponer un importante incremento de hectáreas de regadío que demandaran agua para su explotación o subvenciones en sequía. 


Desde luego, Ciudad Real, particularmente, pero también su periferia urbana, que igualmente se abastece del Gasset, deben de tener mucho que decir en los planes de regadío que se implantan y que afectan al resto de habitantes. En el caso de la capital, son ya dos planes de regadío los que pueden afectar al desarrollo: El Vicario, que la encorseta urbanísticamente;y el Gasset, de donde se abastece, y que también se convierte en una limitación para un modelo de ciudad expansivo que quiera captar industria.

Una mirada critica de Ciudad Real. Apasionado y vehemente por mejorar esta ciudad. Puedes contactar conmigo y te respondere

Deja una respuesta

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.