Para los amigos que gustan de buscar rápidamente el significado de las cosas y para evitar la consulta en la RAE diré que, sentar catedra es: opinar con autoridad o de forma concluyente y dogmática sobre alguna materia o asunto. Por el contrario, una opinión es el juicio que se forma sobre algo cuestionable. La opinión también es elconcepto que se tiene respecto a algo o alguien.
Pues bien, dicho lo anterior y para quienes se enfurruñan y confunden el grano con la paja, lo accesorio con lo principal, valga como ejemplo otros criterios sobre el anuncio estrella de esta semana realizado por algunos concejales y la alcaldesa de la ciudad: la aprobación del proyecto de urbanización de la primera fase del Polígono Industrial Oretania. Sin lugar a duda una excelente noticia, pero, sobre el diseño e idoneidad de dicha zona industrial de la ciudad caben otras opiniones.
Una opinión es que, si la ciudad tuviese una planificación global ese polígono industrial debería de contar con una infraestructura ferroviaria de mercancías, que, por cierto, Ciudad Real no tiene. Tiene AVE, pero no hay estación para recibir mercancías por ferrocarril. Hacer un nuevo polígono en la ciudad, al otro lado de la autovía, y hacerlo para el mismo tipo de empresas, y con el mismo perfil que tienen los otros polígonos es continuar sin futuro. Con más de lo mismo. El ferrocarril convencional discurre a escasos mil metros del nuevo polígono y caben dos opciones distintas de integración en la nueva área industrial. Ambas opciones fáciles de ejecución, económicas y sostenibles. Eso cambiaría por completo el perfil logístico de las empresas.
Otra opinión, también distinta, es que, si existiese una planificación de la ciudad, la nueva zona industrial es la que debería de albergar el pabellón ferial. Con una planificación de ciudad adecuada y coherente no se estaría construyendo en el lado opuesto a donde estará la actividad comercial e industrial y alejado de las infraestructuras de transporte, AVE y autovía. En la mitad de una zona residencial. Pero aun caben más opiniones con respecto al diseño de la ciudad y sus zonas industriales. Por ejemplo: el polígono de la carretera de Carrión, que debería ser integrado entre el polígono Oretania y el del AVE, mediante una solución urbanística tipo bulevar para la mediana empresa con necesidad de escaparate. El polígono de Larache, en el centro de la ciudad, que necesita de una transformación urbanística urgente. La zona industrial del aeropuerto dentro del término municipal de Ciudad Real con más de cinco millones de metros cuadrados. Etc. Es posible que algunas de las soluciones necesiten de la intervención de otras administraciones, pero eso nunca puede ser una excusa. Esa planificación y coordinación es precisamente el trabajo de los técnicos y de un alcalde.
Igualmente, también es una opinión que no se resuelven los accesos a la ciudad y al nuevo polígono contemplando lo que será el nudo Este con la autovía A43 y la conexión con la futura autovía Toledo ciudad Real. Nudo que condicionara todo el urbanismo y crecimiento de esta parte de la ciudad. Además, un solo acceso inferior al polígono para el tráfico peatonal y rodado puede resultar insuficiente a medio y largo plazo para garantizar la permeabilidad de las dos zonas separadas por la A43. Ejemplos existen como sucede con Miguelturra.
Es muy posible que Ciudadanos y el PSOE den por cumplido el punto 10.B de su acuerdo de gobierno “El SEPES se comprometerá por escrito al desarrollo urbanístico de al menos el 20% del suelo disponible del polígono SEPES-Oretania”, pero es pura fachada. La ciudad no dispone de un modelo industrial, ni de una configuración urbanística adaptada a ese modelo.
Opinar que esta ciudad necesita de un cambio, de un revulsivo, porque envejece y se muere, porque no está preparándose para el futuro, es una obviedad. Decir que estamos en un grado de funcionarización de la política local que nos esta llevando a la parálisis es igualmente otra obviedad. Y que se dé por aludido quien quiera. Las opiniones, aunque puedan resultar duras al oído de quien está sometido siempre al dictamen público, son necesarias.