La burocracia no es mala, es necesaria. Sin procedimientos administrativos el desorden reinaría en la administración. Los problemas para el ciudadano comienzan con el paso de la burocracia a la burocratización a causa del excesivo papeleo, la rigidez del procedimiento y las formalidades innecesarias. Si a todo ello le añadimos la falta de uso de los nuevos medios de comunicación electrónica, que debían de ser obligatorio entre administraciones, los tiempos de un procedimiento administrativo se dilatan y perjudican al ciudadano.
En ciudad Real obtener con rapidez la conexión de gas natural es una especie de suerte según donde se encuentre situada la vivienda. El tratamiento que tendrá el ciudadano para acceder a este servicio dependerá del lugar donde resida y de la infraestructura que tenga la calle. También dependerá, al tratarse de un monopolio, de la diligencio de la compañía suministradora que tiene sus propios tiempos y normas. Pero la situación se complica enormemente cuando la conexión se tiene que hacer desde una vía pública de la ciudad cuya titularidad no corresponde al Ayuntamiento. Que las hay. Es decir, en el caso de Ciudad Real el infierno de la burocracia comienza cuando la conexión del gas se tiene que hacer desde una de las aceras de la ronda de circunvalación, que aunque sean mantenidas y conservadas por el Ayuntamiento, están en zona de afección del Ministerio de Fomento. En este caso se da la tormenta perfecta. Por un lado la empresa suministradora en régimen de monopolio y por otro lado las dos administraciones informando el expediente conjuntamente. La administración municipal siendo consciente de lo que puede suceder cuando se llega a este punto entran en juego dos artículos de la ordenanza, el 37 y 41.2, en contra del propio ciudadano y que consisten en impedir el silencio administrativo para poder iniciar la obra de acometida si en 15 días no se ha tenido resolución. Cuando esto sucede deja de existir burocracia y comienza la burocratización del procedimiento.
Tener terminada una obra común de reforma de vivienda por un particular y tardar más de seis meses la empresa suministradora en facilitar la energía es una sin razón consecuencia de la excesiva burocratización del sistema y de falta de interés en resolver los problemas comunes del ciudadano. A la empresa suministradora le importa poco la defensa de su cliente, el ciudadano, que no lo considera cliente sino usuario. En principio este término ya suena despectivo cuando tienes que pagar por el servicio prestado y los consumos realizados. Para la empresa suministradora los tiempos no existen porque cobra por adelantado. A la otra parte, a la administración, le falta la sensibilidad y la consideración necesaria para resolver con prontitud un procedimiento administrativo.
Una adecuada forma de gestionar esta incomoda e indeseable situación administrativa y resolverla mejorando los tiempos de respuesta, por parte del Ayuntamiento que es quien sufre las consecuencias finales de la burocratización del procedimiento como receptor inicial de la solicitud y responsable final de su otorgamiento, es la firma de un convenio entre las dos administraciones intervinientes, Ayuntamiento y Ministerio de Fomento, que recoja la forma de proceder, incluso que contemple las penalizaciones necesarias en caso de incumpliendo por una de las partes. Realizado el convenio, o la delegación de funciones, que sea el Ayuntamiento quien exija a la empresa suministradora las condiciones para una correcta realización de los trabajos. Incluidas las fianzas. Con una simple gestión entre administraciones podría resolverse un traite de seis meses. En definitiva, lo que hay que perseguir es la mejora del procedimiento a favor del ciudadano que es quien ha pagado las tasas de ambas administraciones por adelantado.