Es sobradamente conocido que cuando se solicita la dimisión pública de un político por sus escasas ideas o resultados en la gestión es garantizarle su mandato. Ningún partido político reconoce la ineficacia de sus cargos porque sería reconocer la culpa “in eligendo” de quien ostenta el poder dentro del partido para confeccionar las listas. Igualmente en la administración local ningún alcalde reconoce haberse equivocado en la designación de sus concejales para el cargo porque sería asumir su propia responsabilidad y quedar obligado a abrir una crisis.
Transcurridos tres años de mandato se nota una escasa visión de la ciudad y mucha pobreza en espíritu por parte de todos. La ciudad necesita modificar y adaptar su PGOU y porque no también ir pensando en una nueva redacción, después de veinticinco años del actual, dado el escaso éxito que ha tenido. La ordenación urbanística de la ciudad y las modificaciones al PGOU debe servir para aportar valor y resolver los problemas endémicos.
No valen soluciones improvisadas ni planificaciones realizadas al interés de otras administraciones. Sin ir mas lejos esta semana ha sido presentada la modificación puntual del PGOU a los medios de comunicación por el concejal responsable del área, aunque su tramitación viene de atrás, donde parece que estemos ante un problema único en la ciudad: Los aparcamientos.
Es cierto que el aparcamiento es un problema pero no es el mayor problema de la ciudad para ser la principal modificación del PGOU. Ni tampoco sonlos “aparcamientos en altura” propuestos la solución para la integración en la ciudad del área industrial del Polígono Larache.
Plausible la solución de aparcamientos en altura donde colaboran la UCLM y los equipos técnicos de una empresa de estructuras metálicas para resolver problemas de espacio en las grandes infraestructuras de transporte. Igualmente una solución ideal para lugares abiertos en las macrociudades. Seguro que encuentran el éxito en su comercialización. Pero modificar puntualmente el PGOU de Ciudad Real para incluir esta propuesta y presentarlo como la solución para el aparcamiento en Ciudad Real y la zona industrial de Larache es una tomadura de pelo.
Tres años de gestión para acabar la legislatura con esta propuesta del PGOU es sencillamente una tomadura de pelo. Y aunque ahora se empeñen ya no da tiempo a tramitar nuevas modificaciones.
Mientras sigamos pensando en construir un pabellón ferial, el más grande al sur de España, al otro lado de la ciudad de donde se encuentran las áreas comerciales e industriales. Alejado de las infraestructuras de transporté que conectan la ciudad con el resto de España. Sin diseñar una zona hotelera de nueva planta. Sin conexiones viarias importantes. Con los accesos peatonales a una barriada social. Sin aparcamientos. Alejado del futuro auditórium y en mitad de una zona residencial contemplada por el actual PGOU, poca imaginación estamos poniendo en la planificación de la ciudad. Es más, nos la estamos cargando.
El corazón de la ciudad está en la Plaza Mayor y no en la calle Toledo ni en la Universidad. Desde la Plaza Mayor, con un consenso generalizado entre los partidos politos, y con la participación ciudadana adecuada es desde donde se ha de planificar el futuro.
El grado de madurez democrática alcanzado por los ciudadanos requiere seguir avanzando en participación. Se han producido muchos intentos para abrir las vías de participación al administrado, o al simpatizante en el caso de los partidos, pero siempre se queda en promesas porque supone ceder poder al ciudadano en detrimento de quienes controlan las organizaciones con redes clientelares.
Por otro lado también se ha de ser riguroso desde la oposición. Celebrar unas jornadas técnicas de Urbanismo para limitarse después a pedir una comparecencia del concejal y repetir la caótica situación que tiene la ciudad es igualmente una tomadura de pelo. ¿Donde están las propuestas de los expertos reunidos hace dos semanas para abordar el futuro de la ciudad? NO se puede ser tan ambicioso en la presentación de las jornadas para luego caer en más de lo mismo. Todo ha resultado ser, hasta el momento, una pirueta de partido para desgastar al contrario.