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El Ayuntamiento de Ciudad Real tala los árboles del Camino de la Guija.

Veintitrés  árboles  talados y listos para ser arrancados con la única excusa de dar una nueva alineación al acerado. Entraron las maquinas y arrasaron toda la vegetación existente. Se sembraron hace treinta años y estaban  perfectamente sanos.

Un proyecto de obras para embellecer la calle de Ciudad Real que más “tránsito” tiene pero no la de más tráfico rodado, ni peatonal. Es un tránsito desconocido. Es verdad que hoy la calle tiene el mismo sentido y valor que antaño tenia la plaza donde estaba la iglesia. NO se pone en duda la necesidad de  adecentarla y arreglarla  pero eso no justifica que se tengan que arrancar los arboles.

El nuevo diseño  planea ensanchar el acerado y suprimir parte del espacio rodado para dárselo a los peatones,  parece una buena solución, pero esa solución no puede pasar por destruir la vegetación  existente y que tanto tiempo ha necesitado para crecer. Arboles sanos de treinta años que están siendo arrancados y convertidos en leña. Treinta años de vida destruida en un día. Todo al traste entre el paisaje y  la arquitectura  de la calle. Una calle que se había ido configurando y adaptando precisamente a los arboles existentes. La mayoría de las  construcciones han sido  realizadas  posteriormente a los arboles hoy talados y preparados para convertirse en leña.

Cualquier proyecto de  mejora  que hubiese   buscado  la integración  del arbolado   existente  sería mejor que la tala realizada. Es necesario ponderar  y después tomar decisiones.  En Ciudad Real no existía arbolado en el entorno urbano y los más viejos lo recordaran. Las calles eran solo asfalto y hormigón. La primera plantación masiva  de arboles en la ciudad  transformo  el paisaje  y la hizo mucho mas amable.  El camino de la Guija fue uno de esos  espacios, una de esas calles,  donde no había ni un solo árbol y se consiguió  cambiar su fisonomía.   El solo hecho de destruirlos dice mucho de la falta de sensibilidad  que tiene el concejal de medio ambiente. O en caso contrario, si no ha sido conocedor,   de la falta de coordinación entre las concejalías de obras y servicios y la de medio ambiente. Cuesta creer que quien tiene la responsabilidad  lo hubiese permitido de haberlo conocido previamente.

La imagen de los podadores  cortando por el tronco arboles de más de ocho metros de altura,  en plena primavera  y cuando están más frondosos, ha resultado escalofriante.   En una mañana  la calle ha pasado de estar   llena de vida y de color verde a estar  mutilada  sin saber la causa. Resulta  alarmante. La única  explicación el viernes pasado por la mañana  la facilitaban los operarios diciendo que el Ayuntamiento va a realizar un nuevo proyecto de alineación de la calle y es necesario arrancarlos. No podemos negar que un poco de sensibilidad ha faltado. Una simple nota, e incluso una breve presentación del  proyecto, hubiesen sido suficientes para no crear inquietud y asombro entre los vecinos. La participación ciudadana pasa también por comunicar los proyectos de mejora y acondicionamiento que se van a realizar.

Lo  que puede resultar preocupante pude venir al descubrir  la falta de un plan de mantenimiento  anual  y de inversiones con criterios objetivos para acometer  todas las obras de mejora que necesita la ciudad.  Los criterios de oportunidad por sí solo no son malos pero hacen falta más criterios. Aun existen zonas donde la accesibilidad es nula o inexistente. En este caso  el criterio elegido para arreglar las calles ha sido primero el de  las más visitadas, por una u otra razón, y no las de más necesidad.  Se ha elegido el criterio  de comenzar por  las de mayor visibilidad. Las  que van al hospital, las que van hasta el tanatorio y  las que llevan hacia el mercadillo. En realidad eso no sería demasiado importante de no haber sido por arrancar veintitrés arboles.

El inicio de una próxima campaña electoral en menos de diez meses obliga a plantear estrategias y pensar en clave electoral para rentabilizar cada movimiento  de tierras o colocación de un ladrillo. No importa. Pero ojo que en este caso  y con muy poco esfuerzo  económico  adicional  se pueden  mantener los arboles y asegurar la accesibilidad tanto de peatones como de automóviles. Que los arboles no impidan ver la realidad.

Una mirada critica de Ciudad Real. Apasionado y vehemente por mejorar esta ciudad. Puedes contactar conmigo y te respondere

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