Finalizada la Semana Santa se abre un nuevo “periodo político” de escaso interés para esta fiesta religiosa. No obstante, en la capital volverá la discusión política sobre la misma con fuerzas renovadas en el mes de abril del próximo año, a escasos dos meses vista de unas elecciones municipales. De cara a la Semana Santa de 2019 es muy probable que el presupuesto no se haya podido aprobar, el pacto de gobierno con Ganemos este roto y el equipo de gobierno del PSOE, que gestiona el ayuntamiento, haya decidido apoyar la Semana Santa de Ciudad Real pero no contara con las partidas del presupuesto necesarias para dotar económicamente las subvenciones solicitadas por las cofradías y atender la promoción de la ciudad. Aunque siempre le queda el recurso de la modificación de créditos y buscar el apoyo político de otros grupos Pro – Semana Santa.
Este año hemos podido comprobar, en el libreto oficial de Semana Santa editado por las cofradías, como figuraba la Diputación Provincial con un saludo de su Presidente en las primeras páginas y sin embargo no aparece la Alcaldesa. A la vista del mismo parece claro que existe un apoyo, explicito e implícito, por parte del PSOE a la fiesta religiosa. Eso sí, en el caso de la capital que la fiesta está declarada de interés turístico nacional no lo han permitido los pactos de gobierno.
Las subvenciones a la Semana Santa de la capital han sido utilizadas por los grupos políticos con el ánimo de conseguir réditos electorales. Igual de rentable era para los grupos de izquierdas negarlas en base a la laicidad y exigir su retirada como para la derecha solicitarlas. Excepto para el PSOE que se ha encontrado en una difícil situación y que no ha sabido gestionar, a la vista de los resultados, una postura coherente durante toda la legislatura en la utilización de los impuestos municipales y el otorgamiento de subvenciones.
La promoción económica de la ciudad o de la provincia, potenciando una fiesta de interés general, está fuera de dudas. Las subvenciones con cargo a los impuestos que se conceden a cualquier grupo, del tipo que sea, sindical, político, cultural, empresarial, religioso, etc. y que no tenga fines de promoción económica de la ciudad, con carácter general, deberían de estar prohibidos. Que cada uno se autofinancie así mismo generando sus propias fuentes de ingreso o que desaparezcan. Los impuestos deben de ser para la promoción y mejora de la ciudad, pero gestionados con rigor y ecuanimidad.
Días pasados, durante el pregón oficial de la Semana Santa, pudimos ver como la alcaldesa resultaba muy afectada por la forma en que era tratada por un grupo de “Tuiteros” que la representaban en un “meme” como al Cristo Cautivo. No parece razonable ni apropiado, en base al respeto que merece la primera autoridad local que se utilice la imagen religiosa para ridiculizarla. Unos se habrán sentido ofendidos por la utilización de la imagen y otros se habrán ofendido por el insulto a la figura institucional. Se la haya votado o no, representa al conjunto de la ciudad. Desafortunado Tuit y flaco favor a la libertad de expresión.
En nuestra actual cultura de redes sociales, cada día más imperante, la posverdad es elegida como elemento de comunicación para la manipulación de la verdad y la propaganda política fácil frente a la discusión de la realidad y de los hechos objetivos.
No ha sido acertada la estrategia de la alcaldesa y de sus asesores al no mantenerse en una postura de coherencia política, sin distinciones, entorno a los impuestos municipales y subvenciones que sin lugar a dudas hubiese sido apreciado por todos los ciudadanos. Si algo demanda el votante a los actuales partidos, en general, es desechar el clientelismo político dotado de legitimidad administrativa y que otorga ayudas en busca de nichos de voto. Es poco apreciado por la mayoría de los ciudadanos. Pero claro cuando la cultura del partido a quien se representa esta también basada en un clientelismo que permite controlar las organizaciones internas, dotándolas de apariencia democrática, resulta difícil erradicarlo de la vida cotidiana de las instituciones donde se gobierna.