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Un servicio local de taxis muy mejorable.

Algo no funciona adecuadamente en la capital, los taxistas se cabrean con la Administración Regional por otorgar nuevas licencias de VTC (alquiler de vehículos con conductor) y los usuarios se cabrean con los taxistas porque el servicio que quieren y demandan no cumple sus expectativas. Pero, no es solo en la capital, el problema del transporte urbano e interurbano en la comarca de Ciudad Real, en general, es muy deficiente. Los Ayuntamientos, responsables directos del otorgamiento de las licencias de Taxi, mantienen una ordenanza local que normalmente está pensada más para regular los aspectos de la concesión que para los derechos de los usuarios y/o clientes.

La posibilidad de disponer de un taxi a determinadas horas se convierte en una odisea, según qué hora del día, por exceso de demanda de usuarios o bien por falta de taxis. Hay usuarios que se quejan de estar esperando 45 minutos un taxi y tener que desistir. Hay paradas establecidas que nunca tienen taxi y puntos clave como el Ave que a determinadas horas no existe el servicio. Ciudad Real tiene capacidad para un máximo de 51 licencias de taxis. Todos ellas para pequeños empresarios que se autoorganizan para prestar servicio durante el día y la noche, descansando reglamentariamente cuando les indica la ordenanza, para atender la demanda de la capital, independientemente de que funcionen otros transportes públicos como el autobús. Cada pueblo cercano a la capital tiene su propio servicio de taxis y además existen líneas de transporte interurbano que conectan la capital. 

Es necesario buscar un equilibrio en el transporte urbano de la ciudad que pueda compaginar los distintos servicios públicos y privados y mejorar la prestación que reciben los ciudadanos: El taxi, los vehículos de VTC y el autobús urbano. Los horarios en la prestación de los servicios, la población de derecho de 76000 habitantes y la población flotante, más los pueblos de la periferia y la configuración geográfica de la ciudad con los anejos, son los elementos con los que hacer el diseño del transporte de la capital y comarca. Es necesario pensar en un área de transporte más amplia que la propia capital para resolver el problema y para crear esa área de transporte tienen que ponerse de acuerdo las distintas administraciones.

La diferencia entre contratar un taxi o un vehículo de alquiler con conductor está en que para los segundos es necesario dirigirse a una empresa, vía internet o telefónicamente, y la empresa envía el vehículo asignado con una hoja de ruta a recoger al cliente y lo lleva a su destino. Su tarifa está sujeta solo a la oferta y demanda y no es el caso de Ciudad Real porque no existe. El taxi, se puede coger en una parada habilitada al efecto o bien circulando por la vía pública (tampoco es el caso de Ciudad Real) y se le puede llamar a un teléfono público, tienen una tarifa de precios regulada y está obligado a contar con un aparato taxímetro. El primero se regula mediante autorización administrativa de la Comunidad Autónoma y, una vez concedida, por las reglas de mercado y de la competencia, y el segundo, el taxi, mediante una ordenanza publica de carácter local.

Las restricciones en la concesión municipal de las licencias de taxi y su régimen de transmisibilidad han generado unas expectativas en el negocio de los taxistas que hace difícil de conciliar la convivencia de los dos tipos modos de transporte, especialmente de los vehículos VTC con conductor en las ciudades, pero especialmente lo hace difícil en poblaciones de tamaño medio como Ciudad Real.  En las grandes poblaciones conviven taxis y VTC y en las pequeñas localidades el taxi es hegemónico, es en poblaciones medianas como es el caso de la capital donde no hay licencias de VTC para la prestación de servicios en competencia y el taxi, único operador local, como servicio público define su propio modelo. Por otro lado, los autobuses interurbanos no gozan de frecuencias necesarias para la actividad laboral y comercial.

El mayor hándicap para la convivencia pacífica de ambos servicios, VTC y Taxis, reside en la expectativa del taxista de poder trasmitir su negocio a un tercero por una importante suma de dinero que le pueda servir para su jubilación o para iniciar otro negocio basado en que existe una licencia en exclusiva por cada 1.500 habitantes o fracción. Fondo de comercio. Las concesiones de nuevas licencias, de una u otra clase, devalúan la expectativa a futuro del taxista.

En el caso de la ordenanza de Ciudad Real, la tercera población en habitantes de Castilla La Mancha, la ordenanza contienen 106 artículos, 8 disposiciones transitorias y 7 anexos, y solo uno, el artículo 80, está dedicado a los derechos de los usuarios del taxi. Esto, en principio, ya da una idea general de la importancia que tienen los clientes de este servicio público que depende administrativamente del Ayuntamiento. Ya, de entrada, la palabra usuario utilizada por la ordenanza es un término poco empático y que contrasta de manera notoria con los derechos de un cliente.  Quizás, eliminando y desterrando la palabra usuario de la ordenanza y sustituyéndola por la de cliente el cambio comportaría una nueva filosofía de la prestación del servicio. Existe una clara distinción entre el usuario de un servicio y los derechos de un cliente.

En conclusión: tenemos una licencia de taxi por cada 1.500 habitantes en la capital; una población de 76.000 habitantes, pero estamos dentro de un área cercana a los 200.000; autobuses interurbanos con pequeñas distancias con paradas locales como los de Miguelturra  – Ciudad Real; autobuses interurbanos con escasas frecuencias horarias en el resto de pueblos que conforman el área de transporte colindante a la capital; no tenemos VTC; un servicio local de autobuses que atiende a barrios pero que resulta caro y poco eficiente para los anejos; un servicio de taxis en la capital que no satisface y no es capaz de atender todas las demandas; taxis en los pequeños municipios  que viven del transporte interurbano con la capital y tres administraciones con responsabilidad en la organización del transporte.  

Es necesario que ambas administraciones, regional y local, definan un plan de transporte para seguir avanzando. Una tarea más del Ayuntamiento de la capital y del Consejero de Fomento de la Comunidad Autónoma para con esta capital y su comarca, sin olvidarse de la Diputación que también tiene un papel relevante. Un transporte bien organizado mejora el comercio, contribuye a la mejora económica de los muncipios, permite conciliar los tiempos laborales y familiares, contribuye al medio ambiente, mejora el trafico local e incluso permite el acceso a viviendas vacías de la periferia urbana evitando la despoblación de algunos municipios.

Una mirada critica de Ciudad Real. Apasionado y vehemente por mejorar esta ciudad. Puedes contactar conmigo y te respondere

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